Ubicación excelente, en un lugar tranquilo y con vistas que quitan el aliento. El bar y restaurante son maravillosos, ¡la comida casera es para llorar de lo buena que está!

Las paredes están tan bien aisladas como un chisme de vecindario, ¡escuchas hasta los ronquidos de los vecinos!

La comida casera fue excepcional, especialmente la carne a la parrilla y los postres. El desayuno fue generoso, con un delicioso bizcocho casero y tostadas al gusto.

La habitación tenía más estilo que una casa de campo de una película de Woody Allen, con vigas de madera expuestas que hacían sentir el auténtico encanto asturiano. Las vistas desde la terraza eran tan impresionantes que me atrevería a decir que podrían inspirar a un pintor a capturar la escena.

Baño pequeño

Sorpresa, ¡esto merece la pena!

Este lugar escondido ofrece una experiencia increíble. Las cenas son un verdadero festival de parrilla, con platos como solomillo y costillas que son imprescindibles. El desayuno generoso con bizcocho casero es un gran plus. El personal es muy amable y profesional, siempre dispuesto a ayudar. Sin duda, es una parada obligatoria para los amantes de la buena comida.

una experiencia que podría haber sido genial, pero el baño con techo inclinado me obligó a tener cuidado con cada paso, eso sin mencionar el desagradable olor a aceite de la cocina, que invadía todo el hotel. Y, por supuesto, esperaba un pequeño obsequio por todo esto, pero parece que aquí no se valora a los huéspedes. muy decepcionante.

No se pierdan el desayuno, especialmente el bizcocho casero, ¡es delicioso! pueden disfrutar de las vistas desde la terraza, son espectaculares.

El personal es muy amable y servicial.

Comida increíble y buen ambiente

Nos quedamos una noche y la habitación era enorme y muy limpia. La comida del menú fue la mejor que probamos en Asturias, todo super rico y a buen precio. El desayuno tenía de todo, ¡hasta bizcocho casero! Solo el bar un poco ruidoso por la noche, pero el servicio fue excelente y muy amable.

La comida casera fue excepcional, especialmente los postres.

Las habitaciones tienen un estilo rústico encantador, con detalles que reflejan la autenticidad asturiana. El restaurante ofrece una comida casera impresionante y el servicio del personal es cálido y atento, lo que hace que te sientas como en casa. disfrute de la hermosa terraza para tomar un café por la mañana.

El olor a comida en los pasillos podría mejorar y el ruido de las habitaciones vecinas a veces es un poco molesto, especialmente por las mañanas.

Estuvimos en un lugar hermoso con mi familia, disfrutamos del entorno rural. La decoración me encantó, auténtico estilo asturiano. El desayuno fue un gran acierto, especialmente el bizcocho casero. apreciamos el aparcamiento gratuito justo enfrente del hotel.

Mi mujer dice que hubiera sido genial contar con más opciones para entretener a los niños en el hotel.

Las habitaciones son cómodas y decoradas con un estilo único, cada una con su propio nombre de planta. La limpieza es excelente, y los detalles se notan. El desayuno estaba muy bien, bollos, tostadas y un bizcocho casero delicioso. La comida de la cena fue increíble, especialmente la parrilla. Probé costillas y solomillo que estaban para chuparse los dedos. Sin embargo, había olores a comida en los pasillos que podían ser molestos. A veces, el ruido de las habitaciones vecinas se escuchaba bastante, lo que afectaba un poco el descanso. Pero, a pesar de esos inconvenientes, la amabilidad del personal hizo que me sintiera muy bien atendido. La ubicación es ideal cerca de los Picos de Europa, perfecto para exploraciones al aire libre. Se nota que hay mucho cariño en el servicio y eso se agradece.

La ubicación es buena y la calefacción funcionaba. Cambiamos de habitación a una más grande y silenciosa. Los desayunos eran abundantes y la comida casera. Me gusta disfrutar de la comida local, y aquí lo pude hacer.

La habitación estaba fría por la mañana. Había ruido del bar y si te toca una habitación cercana no puedes descansar bien.